Tema 5: La organización de la jurisdicción en la historia peruana

La historia del Poder Judicial, como hemos dicho, es la historia de su continua crisis. Desde los inicios de la República hasta nuestros días el Poder Judicial se ha mostrado silente, arrollado por los Poderes Ejecutivo y Legislativo.

La historia del Poder Judicial peruano es también una historia de exclusión social y desigualdad. Mientras que las constituciones asumen la teoría de la separación de poderes y reconocen derechos, la realidad social camina al margen de estos principios y valores.

Un ejemplo interesante que desnuda este fenómeno lo encontramos en la Ley de Conscripción Vial de 1920. La Constitución de 1920 estableció en el artículo 22 que nadie podía ser obligado a prestar trabajo personal sin su libre consentimiento y sin la debida retribución. Si bien recogió el voto popular directo, el artículo 66 precisaba que solo gozaban del derecho de sufragio los ciudadanos  que sabían leer y escribir. La exclusión social y la desigualdad quedaban entonces patentes. En ese escenario la ley de conscripción vial estableció el servicio obligatorio para la construcción y reparación de caminos a todos los varones residentes en el territorio, peruanos y extranjeros, cuya edad esté comprendida entre los 18 y 60 años. Lo curioso no está tanto allí sino en la posibilidad de redimir dicha obligación a todo aquel contribuyente (no dice ciudadano) que pague en efectivo el valor de los jornales correspondientes. También podía redimirse si otro (contribuyente) realizaba tal servicio obligatorio en su nombre.

La pregunta es ¿qué hizo la judicatura en ese escenario? Tal vez sea más preciso preguntarse ¿qué podía hacer la judicatura en ese escenario? Un Poder Judicial que es deudor de las gracias del gobierno no tiene capacidad de contestación alguna.

En la década de los noventas el cese masivo de jueces no fue rechazado por la población sino que incluso fue visto como una oportunidad para concretar, finalmente, la ansiada justicia. Y es que el ofrecimiento de una mejor justicia difícilmente será rechazada; sin embargo la historia volvió a demostrar que la manipulación del Poder Judicial es la mejor manera de permanecer impunes en el poder. Sólo la construcción de un Poder Judicial fuerte podrá ser garantía de una justicia independiente e imparcial. Así, en los tiempos actuales alguna luz se vislumbra al final del tunel.

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